Después de que una persona ha sufrido un trauma, puede tener muchas reacciones diferentes, tales como las siguientes:
Volver a experimentar el trauma una y otra vez en la mente. Mientras está despierta, puede estar recordando constantemente las cosas terribles que sucedieron. Durante la noche, quizás sueñe acerca de ellas o tal vez no pueda dormir por estar pensando en ellas.
Sentirse pasmada o sentir las emociones menos intensamente que antes. Es posible que ella evite a las personas o los lugares que le recuerden al trauma.
Volverse muy precavida. Si ella está siempre pendiente de posibles peligros, quizás tenga dificultades para relajarse y dormir. Es posible que se sobresalte demasiado cuando algo la sorprenda.
Sentirse muy enojada o avergonzada por lo que sucedió. Si la persona ha sobrevivido a un trauma en el que otras personas murieron o quedaron gravemente heridas, tal vez ella se sienta culpable de que las otras personas hayan sufrido más que ella.
Sentirse apartada y distante de las otras personas.
Tener arranques repentinos de comportamiento extraños o violentos, durante los cuales no esté segura de dónde se encuentra.
Puede que las personas que estén sufriendo de reacciones a un trauma, también se sientan ansiosas o deprimidas, o que abusen del alcohol o de las drogas.
Muchas de estas señas son reacciones normales a una situación difícil. Por ejemplo, es normal sentir ira de que algo terrible haya sucedido, o tomar precauciones si la situación aún es peligrosa. Sin embargo, si las señas son tan severas que la persona no puede llevar a cabo sus actividades diarias, o si comienzan varios meses después de que el trauma haya ocurrido, es posible que la persona esté padeciendo de un problema de salud mental.
Sources
Burns, A. A., Niemann, S., Lovich, R., Maxwell, J., & Shapiro, K. (2014). Where women have no doctor: A health guide for women. Hesperian Foundation.